Introducción
El mantenimiento es uno de esos factores que rara vez acapara titulares, pero que define el día a día de cualquier operación logística o industrial. Detrás de cada hora de producción o de cada movimiento de carga, hay un trabajo constante para mantener la maquinaria en condiciones óptimas.
Sin embargo, muchas empresas siguen viendo el mantenimiento como un gasto inevitable, y no como una inversión estratégica.
La diferencia entre actuar cuando algo se rompe o anticiparse para que no ocurra puede parecer mínima en el corto plazo, pero a lo largo del año marca la frontera entre eficiencia y pérdida. En este artículo, Ablacar analiza el verdadero impacto del mantenimiento correctivo y mantenimiento preventivo, y cómo elegir el modelo que más rentabilidad aporta a tu empresa.
Qué es el mantenimiento correctivo (y cuándo tiene sentido)
El mantenimiento correctivo es el más tradicional y, durante años, el más extendido: se repara la máquina cuando falla. No hay planificación ni coste fijo; parece una forma sencilla de ahorrar.
A corto plazo, este enfoque puede funcionar. Pero con el tiempo, cada avería no planificada se convierte en un golpe directo a la productividad y a la tesorería.
Una carretilla que se detiene en plena operación —por ejemplo, una CESAB M300H durante la carga de material en exteriores— no solo implica el coste de reparación: paraliza turnos, altera la planificación y exige repuestos urgentes que pueden triplicar su precio.
Además, las averías suelen generar daños secundarios en otros componentes, multiplicando el coste total. En entornos logísticos exigentes, incluso una hora de inactividad puede equivaler a pérdidas superiores al 10 % del margen operativo del día.
Por tanto, el mantenimiento correctivo solo tiene sentido en equipos de baja criticidad o cuando el impacto de una parada es mínimo —una excepción cada vez menos frecuente.
Qué es el mantenimiento preventivo (y por qué se impone)
El mantenimiento preventivo consiste en intervenir antes de que ocurra la avería. Se planifica en base a horas de uso, ciclos de trabajo o intervalos de tiempo.
Su objetivo es doble: maximizar la disponibilidad y prolongar la vida útil del equipo. Esto se logra mediante inspecciones periódicas, ajustes, lubricación, limpieza de filtros y sustitución preventiva de componentes críticos.
Desde Ablacar recordamos que las carretillas CESAB están diseñadas para supervisar continuamente los parámetros clave del rendimiento, lo que ayuda a reducir paradas y maximizar la productividad.
Por ejemplo, una carretilla eléctrica CESAB B400 (48V) bajo un plan de mantenimiento preventivo mantiene más del 95 % de su rendimiento original tras 2.000 horas de uso. En cambio, un modelo idéntico sin revisiones regulares puede perder hasta un 25 % de eficiencia energética en ese mismo periodo.
El mantenimiento preventivo convierte el gasto imprevisible en un coste planificado y controlable, con beneficios tangibles en seguridad, fiabilidad y consumo.
Comparativa real: impacto económico y operativo
| Factor | Mantenimiento Correctivo | Mantenimiento Preventivo |
|---|---|---|
| Coste inicial | Bajo | Moderado y planificado |
| Coste total anual | Alto (por averías y repuestos urgentes) | Estable y previsible |
| Tiempo de inactividad | Elevado | Mínimo |
| Riesgo de avería crítica | Alto | Muy bajo |
| Vida útil del equipo | Corta | Prolongada |
| Seguridad operativa | Variable | Alta |
| Imagen profesional | Negativa (paradas y urgencias) | Positiva y auditable |
El cuadro muestra que el mantenimiento preventivo requiere una mínima disciplina organizativa, pero genera ahorros sostenidos y estabilidad operativa.
La experiencia de campo demuestra que, en un periodo de tres años, el coste total del mantenimiento preventivo puede ser hasta un 35 % inferior al del modelo reactivo.
Mantenimiento predictivo: la evolución natural
La evolución lógica del mantenimiento preventivo es el predictivo, que combina sensores y telemetría para anticipar fallos antes de que ocurran.
Ya no se trata solo de programar revisiones: el propio equipo indica cuándo necesita intervención.
En Ablacar observamos cómo las carretillas CESAB integran sistemas de monitorización avanzada que detectan sobreuso, vibraciones anómalas o temperaturas fuera del rango normal, permitiendo una respuesta inmediata.
El resultado es un modelo aún más eficiente: cero paradas imprevistas, mantenimiento justo a tiempo y mayor vida útil de los componentes.
Cómo elegir la estrategia adecuada para tu empresa
No existe una única fórmula válida para todas las operaciones. La elección entre correctivo, preventivo o predictivo depende de varios factores:
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Tipo y volumen de actividad: operaciones intensivas requieren mantenimiento planificado; en trabajos ocasionales puede ser mixto.
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Entorno de trabajo: polvo, humedad o temperaturas extremas aceleran el desgaste y justifican revisiones más frecuentes.
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Tamaño de la flota: en flotas grandes, el control de costes y la coordinación del mantenimiento requieren un plan estructurado.
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Nivel de criticidad del proceso: una parada en un centro logístico 24/7 no tiene el mismo impacto que en un taller de baja rotación.
En empresas medianas y grandes, lo ideal es un contrato de mantenimiento integral con técnicos especializados y telemetría incluida, como los que ofrece Ablacar para flotas CESAB.
En PYMES o entornos con menor carga operativa, puede funcionar un modelo híbrido: mantenimiento preventivo básico con intervenciones correctivas puntuales.
Caso práctico: ahorro real con mantenimiento planificado
Una empresa de distribución de alimentación en Alicante operaba con una flota de carretillas mixtas – CESAB B400 para interiores y CESAB M300H para exteriores.
Hasta 2023 aplicaban un mantenimiento correctivo: se reparaba solo cuando fallaba.
En 2024, con el apoyo técnico de Ablacar, implantaron un programa de mantenimiento preventivo trimestral.
Los resultados en 12 meses fueron medibles:
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40 % menos paradas no planificadas.
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22 % de reducción en costes de reparación.
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Mejor eficiencia energética en los modelos eléctricos.
La inversión inicial se recuperó en apenas 14 meses. Además, la flota pasó las auditorías de seguridad internas sin observaciones, lo que reforzó la confianza del cliente principal.
El papel de la formación y la cultura de mantenimiento
Ningún plan funciona sin implicación del personal. El operario es el primer detector de anomalías: ruidos, vibraciones, luces de advertencia o cambios de comportamiento de la máquina.
Por eso, la formación continua y la cultura preventiva son esenciales.
Desde Ablacar subrayamos que las carretillas CESAB están equipadas con sistemas inteligentes de estabilidad (ISD) que ayudan a mantener la seguridad y el control en cualquier situación. Pero incluso con esta tecnología, la atención humana sigue siendo clave.
Un operario bien formado reduce el riesgo de accidentes, detecta fallos a tiempo y contribuye a una flota más eficiente y duradera.
Conclusión: mantener es rentabilizar
El mantenimiento preventivo ya no es una opción, sino una herramienta de rentabilidad.
Permite reducir costes, aumentar la disponibilidad, prolongar la vida útil de los equipos y mejorar la seguridad.
Cada euro invertido en mantenimiento planificado puede ahorrar entre 3 y 5 euros en costes correctivos a medio plazo.
Y más allá de los números, garantiza algo aún más valioso: continuidad operativa.
Ablacar, distribuidor oficial de CESAB y Kärcher, ofrece planes de mantenimiento personalizados para todo tipo de flotas:
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Programas preventivos o predictivos adaptados al uso real.
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Servicio técnico especializado con repuestos originales.
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Contratos de renting que integran mantenimiento completo.



